domingo, 9 de agosto de 2009

Pequeños Tesoros




Hace un par de días, en medio de la vorágine que se había vuelto mi vida, encontré un tesoro entre los restos del pasado. El objeto, de hecho me sorprendió allí guardado, visiblemente afectado por el paso inevitable del tiempo. Quizá debía encontrarlo. Lo guardé cuidando de que nadie me viera, y lo llevé apretado contra mi pecho protegiéndolo del gentío que viajaba a esas horas en el metro.

Ya en casa, al fin sola frente al invaluable objeto, lo dejé con cuidado sobre la mesa y, haciendo una solemne pausa, me dispuse a registrarlo con cuidado, atenta al mas mínimo detalle. Con la respiración contenida y mi corazón agitándose bulliciosamente, me llenaba poco a poco de sus secretos.

Finalmente, cuando ya había satisfecho mi ansiedad -y obsesión- lo miré con otros ojos y sonreí.
Me sorprendió como un objeto tan común, tan escaso de valor para otros, era tan extremadamente valioso para mi. Me pregunté cuantos tesoros habían escondidos en pequeñas cosas como el olor del café, el sabor del anís o un nombre escrito en una hoja de papel.


Ni



Escuchando: Gently Johnny -The Wicker Man OST-