jueves, 18 de marzo de 2010

Aromas y sentidos


Hace un rato me preparé un café, y cuando sumergí la cuchara en aquel polvo oscuro sentí que algo se trizó. Rápidamente vinieron a mi esas memorias, pasaron por mi mente burlonas y sin saberlo siquiera mis ojos se humedecieron. Deposité una, dos cucharadas en el agua caliente y las lágrimas rodaron libres por mis mejillas. El compuesto amargo se disolvía, y así mismo algo dentro de mi parecía disolverse con él.

Tantos días ocupada, olvidando... y aquella simple taza de café me devolvió todo aquello que más quería. Sonreí en silencio, sorprendida de mi misma, de lo fácil que parece escapar de las cosas, cuando en realidad solo estas tapando el sol con un dedo.

Metí la cuchara húmeda en el azúcar, y agregué las tres cucharadas de siempre, esas que me sabía de memoria. Dulce y amargo se mezclaban en aquella infusión de recuerdos... qué bien me sentía con ese aroma, con todo lo que eso significaba. Ah! que añoranza, que delirio!


Terminé de llenar la taza con agua fría como si de un ritual se tratase, y ahí de pie en la cocina tomé el primer trago que entibió mi garganta aun apretada.

Dulce y amargo se mezclaban en ese sabor, en ese aroma... y también en mi corazón.



Ni

Escuchando: Angelica -Anathema-

miércoles, 17 de marzo de 2010

Animal



Tengo dentro un animal que me corrompe; sus ojos queman en cada mirada hambrienta, camina de un lado a otro con pasos pesados, marcando el suelo con su zarpa, inquieto. Me muestra los dientes aun sabiendo que no me puede morder, la saliva resbala y cuelga del costado de su boca cuando imagina la fibrosa carne deshaciéndose entre sus colmillos, y la sangre tibia brotando de ella, calmando su garganta en cada trago.

No está encadenado, mas no es libre.

Y solo puedo alimentarlo o sedarlo; liberarlo nunca, pues ya sé todo lo que hace cuando está fuera, sé que su apetito es voraz y su preza prohibida... sé que una vez suelto solo puedo encerrarlo cuando vea saciada su hambre animal.

Lo observo desde el otro lado de la reja y él, viendo su caza frustrada, espera impaciente paseándose cerca de los barrotes. No morirá de hambre, pero sufrirá cada minuto de su ansia.



Ni

Escuchando: Wolfszeit -Halgadom-