viernes, 10 de febrero de 2012

Zarpando


Hoy he de bajar todas mis banderas.

No habrá blanca de paz, ni tampoco bandera de guerra. Simplemente ya no habrán banderas. Así, con mi mástil desnudo me retiraré al mar abierto. Solo mis velas se izarán para apurar el escape, y silenciosa mi nave se deslizará en el agua espumosa con la luz de la mañana.

He perdido, lo sé. Y nada puedo hacer contra algo que me supera tan enormemente.
Lentamente el tiempo, el viaje, me ayudarán a dejar las costumbres atrás.

Zarpo con el viento en el rostro. En alta mar o en otras costas probaré suerte, encontraré una tierra que acoja mi barco con júbilo y calidez. Una tierra lo suficientemente firme, tibia y segura donde pueda guardar el tesoro que albergo.

Por ahora, navegaré.


Ni

No hay comentarios: