martes, 23 de febrero de 2010

Una sola mirada


Te miro sólo una vez, porque sé que para mi tus ojos están prohibidos.

Los miro y parece que los conozco desde siempre, y en ellos puedo ver tus muchas vidas, tus muchos dolores. No retiro la mirada, no aun, porque sé que esta es mi única oportunidad, y trato de conocerte por completo en esta tregua; te amo y te odio en un solo momento, te vuelves mío, eterno en mi, y eres mi amante y mi traidor, mi tirano y mi protector, eres todo lo que pudiste ser en muchas vidas sólo en esta mirada porque sé que no podré ver otra vez en ti.

Y eres tan hermoso en tu silente blancura, dueles en el alma con aquella fortaleza y aquella locura que hay en ti, con esas huellas que dejas marcadas en mi piel con sangre y caricia. Eres todo lo que nunca quisiste ser, lo sé, porque puedo verlo en tus pupilas gastadas, en esos iris que inspirarán mi poesía en todas las noches que siguen, después de que baje la mirada y te pierda para siempre.

No quiero dejar este momento, no aun, los segundos se hacen eternos como los eones que sé has vivido; niño y anciano se mezclan en tu roca revuelta, donde
algún día se colará el agua y la partirá lentamente al congelarse. La arenas del tiempo se escapan e inevitablemente desvío la mirada de tus ojos; debo dejarte, aunque lo lamente el resto de mis días.

A ti aun te queda tiempo por vivir, miradas por entregar.
Yo solo fui una más.


Ni

Escuchando: Wehmut -Empyrium-

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