jueves, 18 de marzo de 2010

Aromas y sentidos


Hace un rato me preparé un café, y cuando sumergí la cuchara en aquel polvo oscuro sentí que algo se trizó. Rápidamente vinieron a mi esas memorias, pasaron por mi mente burlonas y sin saberlo siquiera mis ojos se humedecieron. Deposité una, dos cucharadas en el agua caliente y las lágrimas rodaron libres por mis mejillas. El compuesto amargo se disolvía, y así mismo algo dentro de mi parecía disolverse con él.

Tantos días ocupada, olvidando... y aquella simple taza de café me devolvió todo aquello que más quería. Sonreí en silencio, sorprendida de mi misma, de lo fácil que parece escapar de las cosas, cuando en realidad solo estas tapando el sol con un dedo.

Metí la cuchara húmeda en el azúcar, y agregué las tres cucharadas de siempre, esas que me sabía de memoria. Dulce y amargo se mezclaban en aquella infusión de recuerdos... qué bien me sentía con ese aroma, con todo lo que eso significaba. Ah! que añoranza, que delirio!


Terminé de llenar la taza con agua fría como si de un ritual se tratase, y ahí de pie en la cocina tomé el primer trago que entibió mi garganta aun apretada.

Dulce y amargo se mezclaban en ese sabor, en ese aroma... y también en mi corazón.



Ni

Escuchando: Angelica -Anathema-

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nuevamente la dualidad se presenta en uno de tus textos. No obstante, me da curiosidad el saber qué es lo que recuerda el personaje al preparar ese café y, por sobre todo, qué fue lo que crujió dentro del café.

Me gustó nuevamente ^^ y bueno, uno en ocasiones tiende a ocultarse y escabullirse de cosas, siendo que lo único que se logra con eso es que en el momento menos indicado, estas cosas vuelvan a aparecer, sorprendiéndonos muchas veces. A mí parecer es mejor enfrentarlas en su momento.

Saludos y como dije antes, no dejes de publicar XD

PS: En la buena ondita, pero se te fueron un par de tildes >.<